Como cada tarde a eso de las 6:00 o 7:00 p.m. no teníamos una cita o algo por el estilo, sin embargo sabíamos que nos encontraríamos ¿para qué? pues para nada en específico tal vez para fumar un cigarrillo, y distraernos de tanta mierda regada por el mundo y valla que somos varios, como cada tarde me reúno con ellos, los niños metaleros de Tecamachalco...
A veces me gusta escuhar y quedar en un mutismo para después desconcertar con el estruendo de nuestras risas y volver a agazaparnos detrás de nuestras cabezas y al final enloquecer con metal, y cuando hay disposición mirarnos las caras llenas de agua y tiritar, tanto frío para que, para reír un poco y tal vez contar las cosas que nos entristecen y a la vez reinos de ellas mismas, escupiendoles en la cara que al final de cuentas todo queda... y desvanecernos en el aire y junto al silencio de nuestras rizas, desaparecer solo un poco...
Para ustedes mis queridos metaleritos
"Relojes" by Salvador Dalí
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