Desvanecer...

Caía una lluvia estrepitosa, cada vez que caminaba sentía en mis pies la frialdad del agua que entraba en mis tennis rotos, al fin llegué, hecha una sopa pero llegué.

Como cada tarde a eso de las 6:00 o 7:00 p.m. no teníamos una cita o algo por el estilo, sin embargo sabíamos que nos encontraríamos ¿para qué? pues para nada en específico tal vez para fumar un cigarrillo, y distraernos de tanta mierda regada por el mundo y valla que somos varios, como cada tarde me reúno con ellos, los niños metaleros de Tecamachalco...

A veces me gusta escuhar y quedar en un mutismo para después desconcertar con el estruendo de nuestras risas y volver a agazaparnos detrás de nuestras cabezas y al final enloquecer con metal, y cuando hay disposición mirarnos las caras llenas de agua y tiritar, tanto frío para que, para reír un poco y tal vez contar las cosas que nos entristecen y a la vez reinos de ellas mismas, escupiendoles en la cara que al final de cuentas todo queda... y desvanecernos en el aire y junto al silencio de nuestras rizas, desaparecer solo un poco...

Para ustedes mis queridos metaleritos

"Relojes" by Salvador Dalí

Asfixia

Todo parecía estar planeado conforme a lo rutinario de unas vacaciones antes del nuevo ciclo…
Un cigarrillo, las platicas en el quiosco y la seriedad constante de su faz.
Últimamente volvía a entrar en posibles problemas existenciales de aquellos que no le permitían sonreír, o tal vez sí, pero de una manera lo mas fingida posible.
El cabello echo una maraña, después de no peinarlo desde casi dos semanas atrás, las viejas canciones de los años 80 y una que otra de caifanes.
Cada día desde hace 7 o talvez 8 años ese humo saliendo por sus fosas nasales y su boca, permitían relajarla contra esa ansiedad producida por la caótica vida, las discusiones de la casa, el abandono, el sabor agrio de la boca al despertar y recordar la pelea de la noche anterior.
Residuos negros en los pulmones, extraña sensación apretando su pecho, la falta de aire, espasmo y constricción de los bronquios y tras ello el llamado del aire, la vida…
Cuando era pequeña recuerda haber utilizado unas ocasiones cromoglicato disódico, con el tiempo dejo de hacerlo, hasta hace unos días que volvió a sentir la asfixia tratándole de arrancar una parte de su existencia y retornar tal vez al molesto inhalador…












Fotography by Jody Ake